Una medición nacional muestra un marcado deterioro en los indicadores. Crecen los problemas por obesidad que ya afectan a una de cada cinco personas.
Cualquier paciente que ingrese al consultorio de un médico clínico con sobrepeso y explique que no hace actividad física de ningún tipo posiblemente salga de ese encuentro con un diagnóstico que cuente con una serie de recomendaciones para evitar problemas futuros de salud, si es que ya no los presenta.
En el caso de la población de Córdoba, en los últimos años los indicadores del Indice de Masa Corporal (IMC) y la actividad física fueron en franco deterioro. Y eso ya tuvo consecuencia en que la cantidad de cordobeses que aseguran tener una buena salud son cada vez menos, de acuerdo a los resultados publicados ayer en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para la Salud.
En la valoración personal que hacen de su estado, los varones son más optimistas que las mujeres. “El 83,5% de los hombres tienden a considerar que su estado de salud es ‘excelente, muy bueno o bueno’, mientras en las mujeres el porcentaje de las que declararon percibir ese estado de salud es el 75,5%».
Por grupo etario, la franja de 25 a 34 años se destaca por ser la que considera en mayor medida que goza de un estado de salud general «excelente, muy bueno o bueno», luego esta percepción va dando lugar a un mayor porcentaje de respuestas en la opción «regular o malo» acorde aumenta la edad de los entrevistados.
En líneas generales, las encuestas analizadas muestran que para los casos de percepción de estado de salud «excelente», «muy bueno» y «bueno» hay una primacía de respuestas masculinas, mientras que para los casos de percepción de estado de salud «regular» y «malo» es mayor el porcentaje entre las mujeres.
En tanto que, a través del tiempo se destaca que los varones que dicen percibir un estado de salud «muy bueno» aumentan 10,3 puntos porcentuales su participación entre el 2005 y el 2009, para luego disminuir 8,4 dicha participación en el 2013. “Otro caso interesante se da en las respuestas sobre los estados de salud ‘regular’ (R) y ‘malo’ (M), donde los varones disminuyen su percepción entre el 2005 y el 2009, y luego la aumentan en el 2013.
Respecto a las mujeres, se destaca que ellas aumentaron su participación en la categoría «excelente» (de 7,4% en 2005 a 13,3% en 2013). No obstante, también se destaca el hecho de que en el 2009, respecto al 2005, ellas disminuyen su cantidad de respuestas en las categorías «regular» y «mala», pero en el 2013 se da un aumento en ambas categorías regresando a valores cercanos a los valores de 2005.
La encuesta muestra también que, si bien en ambos casos prevalece un nivel bajo de actividad física, es más frecuente entre los hombres realizarla a un nivel de mayor intensidad (16,9% frente al 10,3% de las mujeres), mientras que ellas tienen más propensión que los hombres a un nivel bajo de actividad física (59,1% a 54,1%).
La actividad física y la edad mantienen una relación inversa, como es de esperar, a medida que aumenta la edad el nivel de actividad física se reduce notablemente en su modalidad intensiva y moderada, y se incrementa en su nivel bajo.
De las personas que no realizan actividad física (23,5% del total de población), casi cuatro de cada diez (39%) expresan como principal razón la falta de tiempo y, en segundo lugar (30%) advierte problemas de salud como impedimento. La falta de voluntad es mencionada en tercer lugar (15,2%), mientras que el 15,8% restante no lo hace por falta de interés, dinero u otros motivos.
Por último, en el caso del sobrepeso, la encuesta de factores de riesgo muestra para la población provincial un tendencia constante al alza. En 2005, el 31% presentaba un peso por encima del normal, mientras que en 2009 alcanzaba al 36,2%. La última medición correspondiente a 2013 mostró que el 39,3% tenía un Indice de Masa Corporal elevado. Para el caso de la obesidad, fue del 14,3% al 16% y de allí al 21,4%.
