San Joaquín está cerca de lanzar su secundario

Cuando se inauguró el SUM de la escuela Castelli, la Provincia prometió habilitar allí el nivel medio en el 2016. El colegio concentra actividades sociales y creen que tal posibilidad favorecerá el desarrollo.

comuna-de-san-joaquinEsta pequeña comunidad del departamento Roque Sáenz Peña se siente plenamente identificada con la escuela del lugar. De sus 140 habitantes, la mayoría pasó por el centro educativo “Juan José Castelli” que ahora luce orgulloso el flamante Salón de Usos Múltiples inaugurado hace poco tiempo. En esos momentos, la Provincia se comprometió a dotar al establecimiento de educación de nivel medio.

Para la directora del establecimiento, Marcela Borrego, la escuela “es un sentimiento” porque además de la tarea formativa de los chicos del lugar, es centro de reuniones y la rodean varios proyectos para ir mejorándola. Para los padres de la cooperadora, todo adelanto viene bien y el compromiso asumido por la Provincia de dotar de formación media el año que viene es más que auspicioso.

Ya cuentan con un hermoso salón de actos, pero insisten en que la diferencia de vida que hay en las ciudades contrasta con el faltante de comodidades en los pueblos (gas natural, por ejemplo).

La directora es consciente de que todo aporte tiene una vital importancia para la escuela y por ende para la localidad.

“Una vez nos prometieron el SUM. Creíamos que iba a ser imposible porque los chicos cuando hacía frío tenían que estar encerrados en las aulas hasta cuatro horas. Cuando había que hacer un acto, igual. Imagínense la alegría de hoy tener un amplio espacio como el que tenemos ahora y de paso, saber que tendremos el nivel medio. Con eso ya tocamos el cielo con las manos”, dijo Borrego.

La docente vive en Serrano y viaja todos los días para dar clases en San Joaquín junto con su equipo de formadores a los 30 niños del lugar, divididos en 10 chiquitos de nivel inicial y el resto de nivel primario.

Marcela recuerda con emoción cómo se preparó el lugar. “Cuando nos hicieron el salón, con gran entusiasmo fueron los propios padres, los abuelos y los miembros de la cooperadora los que lo pintaron y adornaron. Tiene 10×20 metros de superficie y seguramente, además de la labor educativa en días de mucho frío, también se convertirá en lugar de reuniones, actividad física y fiestas escolares”.

Martín Arenas es el presidente de la Cooperadora Escolar. Mientras comparte unos mates con un grupo de asadores, dice que la escuela es el punto obligado –junto con el club- para las reuniones en familia.

“Esta es una comunidad pequeña y casi todos tratamos de hacer algo por la escuela porque nuestros chicos van allí. Ahora estamos más que contentos con el tema del salón y para el año que viene mucho más porque vamos a tener el secundario, todo se va a centralizar acá”, expresó con entusiasmo.

Sus amigos coinciden con los dichos del presidente de la cooperadora. Dicen además que San Joaquín es muy tranquilo, que es lindo vivir por la paz que se respira en el pueblo.

Arenas explica sintéticamente que el terreno donde hoy está asentado el casco urbano perteneció a la estancia Santa Catalina. Cuando llegó el ferrocarril se formó el caserío que luego se modernizó, con un templo religioso, la escuela situada casi a la vera de la ruta 27 y la estación que desapareció tras un incendio.

Tampoco se olvida de aquel triste día de un tornado que azotó el pueblo en 1993 y destruyó los galpones ferroviarios y decenas de viviendas por donde pasó la fuerza del viento.

Hoy la localidad tiene una avenida central pavimentada, muchos jardines y el orden de la plaza y los canteros con flores llaman la atención.

Crecer y vivir

Omar Isoardi es el jefe comunal reelecto por cuatro años más. Hace pocos días, la comunidad educativa le obsequió una plaqueta en señal de agradecimiento por las gestiones realizadas que derivaron finalmente en la grata noticia de que el año que viene el pueblo tendrá su nivel secundario.

“Es algo que esperábamos con muchas ansias. Tengamos en cuenta que los chicos que querían estudiar debían viajar a Serrano o Jovita, con un gasto mensual de unos 1.300 a 1.500 pesos. El problema es que acá es toda gente de trabajo y si una familia tiene dos hijos o más para estudiar se les hace cuesta arriba. Este anhelo se ha cumplido, es lo que le hacía falta a nuestro pueblo, cómo no vamos a estar contentos”, indicó finalmente.

Fuente: El Puntal

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